
En este invento descastado y materialista que llaman fútbol moderno, hay que reconocer a los alemanes su defensa incansable del fútbol de siempre. Entradas baratas, animación sin descanso, desplazamientos masivos… La esencia del fútbol pasional se conserva intachable en las gradas germanas. Y como muestra, unos seguidores que llevan años recibiendo el reconocimiento unánime del fútbol mundial: la afición del Borussia Dortmund.
El 6 de noviembre de 2012, casi 10.000 hinchas del Dortmund se presentaron en Madrid para ver un partido de la fase de grupos de la Champions League: 4.000 iban con entradas para la zona reservada a la afición visitante en el Santiago Bernabéu, otros 4.000 estuvieron diseminados entre el público merengue, y el resto se apostó en los bares de los alrededores del estadio de Concha Espina. Un auténtico despliegue que, sin embargo, no es más que otra demostración de cómo se las gastan los aficionados amarillos.
Los incondicionales del Borussia son muchos, efectivamente. De hecho, ningún estadio acumula cifras de asistencia tan altas como el Signul Iduna Park, nombre comercial del antiguo Westfalenstadion.
La afición del Borussia Dortmund también es incansable. “The Wall”, esa verticalísima grada teñida de amarillo, es un zumbido constante durante el juego. Qué zumbido, ¡un trueno emitido por 25.000 gargantas!
Y además son pacíficos. Más que eso, ejemplares, como hemos visto tantas veces con lluvia de peluches y otras imaginativas acciones colectivas que llevan el ‘fair play’ al siguiente nivel. ¿Otro ejemplo? En 2016 acompañaron a los aficionados del Liverpool (menuda mezcla, eh) cantando el mítico ‘You’ll Never Walk Alone’: era el 27 aniversario de la tragedia de Hillsborough y estaban en Anfield. Hay que ser buen invitado.
Son motivos suficientes para que los aficionados del Borussia Dortmund aparezcan de manera recurrente en los rankings de las mejores aficiones del mundo. Y merecen todos los homenajes por ello.